No hay mejor lugar para canalizar que la naturaleza. De pie descalzo sobre la tierra, siento cómo me enraizo, cómo mis pies se fusionan con la energía del suelo. El sol calienta mi piel, mientras el viento acaricia suavemente mi cabello: se genera una sensación de conexión total. En este entorno natural, puedo abrirme, soltarme
